El teléfono móvil o las tabletas que se quedan anticuadas para un usuario pueden tener una segunda vida para otro no tan exigente. El problema es cómo hacérselo llegar. Para facilitar este intercambio comercial, una empresa californiana ha desarrollado unos quioscos automáticos que valoran los aparatos y ofrecen un pago al propietario dependiendo de esa evaluación. Si está estropeado o es tan antiguo que no tiene ningún valor comercial o no hay demanda, el mismo sistema se encarga de dirigirlo hacia plantas de reciclaje solventes donde se extraen del aparato componentes contaminantes peligrosos o materias primas valiosas. Además, el kiosco da la opción al usuario de dedicar parte del dinero a alguna ONG. La clave de la eficacia del sistema está en el avanzado desarrollo de inteligencia artificial que han hecho los expertos de la empresa EcoATM para hacer el reconocimiento de los numerosos modelos de móviles y tabletas, revisar su estado de funcionamiento y determinar su valor de mercado, según explica la estadounidense Fundación Nacional para la Ciencia (NSF), que ha contribuido a financiar el proyecto de investigación.
Según EcoTAM, hasta tres cuartas partes de los teléfonos móviles que entran en sus quioscos han encontrado “un segundo hogar”. La iniciativa arrancó en California, pero ahora se extiende a la costa Este estadounidense y el plan que es a finales de este año estén funcionando más de 300 de estos puestos automáticos en centros comerciales y tiendas de electrónica en todo el país.
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