Un grupo de astrónomos de la NASA acaba de ralizar la medición más precisa jamás obtenida dela constante de Hubble o, lo que es lo mismo, del ritmo al que se expande el Universo. El hallazgo contribuirá a conocer con más exactitud tanto su edad como su tamaño. El nuevo valor es de 74,3 (con un margen de 2,1) kilómetros por segundo por megaparsec (un megaparsec equivale a unos tres millones de años luz). El trabajo se publica esta semana en Astrophysical Journal.
En la década de los 20 del pasado siglo, el astrónomo Edwin P. Hubble sorprendió al mundo al confirmar que el Universo no ha dejado de crecer desde el momento mismo en que surgió, a partir del Big Bang, hace 13.700 millones de años. Setenta años más tarde, en los 90, se descubrió que esa expansión, además, se está acelerando y es cada vez más rápida a medida que pasa el tiempo. Por eso, determinar con precisión cuál es exactamente la tasa de esa expansión se ha convertido en un objetivo fundamental de los científicos para conocer tanto la edad como el tamaño del Universo en que vivimos.
Las nuevas mediciones, llevadas a cabo con el telescopio espacial Spitzer, mejoran en un factor de 3 a las realizadas anteriormente con el Hubble. En efecto, el Spitzer tiene la ventaja de que puede "ver" el Universo en el rango del infrarrojo (es decir, en longitudes de onda muy largas), mientras que el Hubble lo hace en el rango de la luz visible.
El resultado es que el grado de incertidumbre de las nuevas medidas se ha reducido hasta solo un 3%, lo que supone un paso de gigante en la precisión de las medidas a gran escala. El nuevo valor para la constante de Hubble es de 74,3 (con un margen de 2,1) kilómetros por segundo por megaparsec (un megaparsec equivale a unos tres millones de años luz).
"El Spitzer está, de nuevo, haciendo ciencia para la cual no había sido diseñado -explica Michael Werner, del Jet Propulsion Laboratory de la NASA-. Primero, el Spitzer nos sorprendió con su habilidad para estudiar las atmósferas de los exoplanetas, y ahora, en los últimos años, se ha convertido en una valiosa herramienta cosmológica".
Además, los resultados se han combinado con los datos del WMAP (Wilkinson Microwave Anisotropy Probe) para obtener una medición independiente de la energía oscura, uno de los grandes misterios de la Ciencia y de la cual se piensa que es la responsable directa de la expansión acelerada observada por los científicos.
Se cree que la energía oscura ha conseguido ganarle la batalla a la gravedad, que intenta frenar la expansión, consiguiendo que, a gran escala, la materia del Universo esté cada vez más separada en lugar de cada vez más junta.
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