El 'Maledictosuchus riclaensis', más comúnmente conocido como 'El cocodrilo de Ricla', se preserva excepcionalmente bien. Su cráneo, conservado en varios nódulos de roca en la zona donde se encontró, estaba prácticamente completo, lo que ha permitido su exposición en la facultad de Geológicas de la Universidad de Zaragoza.
Grandes nadadores
Los metriorrínquidos fueron los cocodrilos mejor adaptados al medio marino y a la vida en mar abierto, ya que se convirtieron en animales pelágicos que vivían en las capas superficiales del mar. A diferencia de otros cocodrilianos, éstos desarrollaron extremidades en forma de aletas, una cola larga y bilobulada (similar a la de los tiburones), y perdieron sus osteodermos (una suerte de armadura dérmica, una placa ósea presente en los cocodrilos terrestres que les permite captar el calor para sobrevivir) para ganar mayor velocidad al nadar. Su cráneo también era hidrodinámico, esto es, adaptado para ganar velocidad al nadar, y se cree que su dieta era fundamentalmente piscívora, aunque también podía comer cefalópodos y otros invertebrados marinos.Esta investigación resulta clave en la medida en que permite comprender la evolución de estos cocodrilos. Los investigadores descubrieron que el 'Maledictosuchus' es el miembro más antiguo de la tribu de los raqueosaurinos, unos metriorrínquidos muy adaptados a la vida en el mar abierto, una especie de la que no se habían encontrado restos nunca.
El descubrimiento de este nuevo cocodrilo demuestra que durante el Jurásico Medio los metriorrínquidos fueron más diversos de los que se creía y que su evolución hacia una dieta muy especializada y a la vida en mar abierto comenzó ya durante el Jurásico Medio, al menos 10 millones de años antes de lo que se creía. Sin embargo, no fue hasta el Jurásico Superior cuando estas adaptaciones fueran ventajosas y este grupo de metriorrínquidos dominó los mares del oeste de Europa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario