El mundo no se acaba. Ni hoy, ni el día 21. La NASA lo tiene tan claro, que ha producido un vídeo cuya fecha de difusión prevista era el sábado, tras el supuesto y fallido apocalipsis, explicando por qué no habría ocurrido el desastre.
Lo cierto es que ha terminado por difundirse antes de tiempo, en medio de un cierto clima de credulidad. Uno de cada cinco estadounidenses piensa que el sábado se acabará todo. Otros tantos viajan a 'santuarios' para salvarse –o darse unas buenas vacaciones, como poco–.
A lo largo de algo más de cuatro minutos, un narrador de la NASA explica que la supuesta profecía maya en que se basan los apocalípticos parte de un error de interpretación.
El Doctor John Carlson empezó a estudiar el fenómeno del 22 de diciembre hace 35 años. Recuerda que eran grandes astrónomos y desarrollaron una lengua escrita. Lo que más impresionó a Carlson fue su extenso sentido del tiempo.
El tiempo que manejaban los mayas no era muy distinto al que utilizan los astrónomos contemporáneos. De acuerdo con nuestra ciencia, el Big Bang ocurrió hace 13.700 millones de años. Hay ruinas mayas que tienen referencias a tiempos miles de millones antes. El calendario maya está pensado para registrar intervalos así de largos. Es como un cuentakilómetros que, cuando agota todos sus dígitos, empieza por cero otra vez. Esta repetición es clve en el fenómeno 2012.
Lika Guhathakurta, experta en estrellas de la NASA, dice que el Sol tampoco es una amenaza. Está ahí incluso desde antes de que existiesen los mayas. Nunca ha destruido el mundo. Es cierto que se acerca a u un máximo de sus ciclos de actividad de once años. Pero no es más que uno de tantos y no el más pronunciado en 50 años.
Así que en la NASA se toman esta fecha como una oportunidad para acercarse a la cultura maya –cuyos descendientes han desmentido el apocalipsis– y disfrutar "porque el mundo no se acabó ayer", aunque sea por adelantado.
Lo cierto es que ha terminado por difundirse antes de tiempo, en medio de un cierto clima de credulidad. Uno de cada cinco estadounidenses piensa que el sábado se acabará todo. Otros tantos viajan a 'santuarios' para salvarse –o darse unas buenas vacaciones, como poco–.
A lo largo de algo más de cuatro minutos, un narrador de la NASA explica que la supuesta profecía maya en que se basan los apocalípticos parte de un error de interpretación.
El Doctor John Carlson empezó a estudiar el fenómeno del 22 de diciembre hace 35 años. Recuerda que eran grandes astrónomos y desarrollaron una lengua escrita. Lo que más impresionó a Carlson fue su extenso sentido del tiempo.
El tiempo que manejaban los mayas no era muy distinto al que utilizan los astrónomos contemporáneos. De acuerdo con nuestra ciencia, el Big Bang ocurrió hace 13.700 millones de años. Hay ruinas mayas que tienen referencias a tiempos miles de millones antes. El calendario maya está pensado para registrar intervalos así de largos. Es como un cuentakilómetros que, cuando agota todos sus dígitos, empieza por cero otra vez. Esta repetición es clve en el fenómeno 2012.
Ni asteroides, ni planetas errantes, ni llamaradas
Según el astrónomo Don Yeomans, ningún asteroide o cometa tiene su trayectoria apuntando a la Tierra. Tampoco hay planetas vagando por el cosmos que vayan a destruirnos. Si lo hubiera, apunta el astrobiólogo David Morrison, ya lo veríamos como uno de los objetos más brillantes jamás observados en nuestro cielo.Lika Guhathakurta, experta en estrellas de la NASA, dice que el Sol tampoco es una amenaza. Está ahí incluso desde antes de que existiesen los mayas. Nunca ha destruido el mundo. Es cierto que se acerca a u un máximo de sus ciclos de actividad de once años. Pero no es más que uno de tantos y no el más pronunciado en 50 años.
Así que en la NASA se toman esta fecha como una oportunidad para acercarse a la cultura maya –cuyos descendientes han desmentido el apocalipsis– y disfrutar "porque el mundo no se acabó ayer", aunque sea por adelantado.
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