La osteoporosis, que es la pérdida de masa ósea, tiene su mayor incidencia en la población anciana, pese a que sus síntomas pueden iniciarse a partir de los 40 años. De hecho, afecta a una de cada dos mujeres y a uno de cada cuatro hombres mayores de 50 años. Puede llegar a considerarse como un síndrome, con múltiples manifestaciones. Hoy en día, el tratamiento de la osteoporosis está basado en el empleo de un número limitado de fármacos centrados en mejorar el aporte de calcio, disminuir la retirada de hueso o favorecer que se forme hueso en todo el organismo. Sin embargo, no hay muchas soluciones locales a los problemas de pérdida de resistencia del hueso, que precisa soporte estructural, señalización celular, y liberación de fármacos o moléculas que estimulen la repoblación celular y la formación de nuevo tejido.
La terapia celular y el empleo de biomateriales en pacientes con osteoporosis son un tema de gran interés por las grandes oportunidades que ofrecen. Sin embargo, los problemas técnicos y biológicos de las células o materiales, son notables y, antes de poderlos aplicar en pacientes, se analizan en modelos preclínicos para resolver las limitaciones de viabilidad de las células, resistencia mecánica de los materiales desde que se introducen en el cuerpo hasta que se sustituyen por el hueso regenerado, y también por adaptación biológica en el lugar del organismo en que se empleen. Las condiciones del hueso osteoporótico son más difíciles de reproducir y estudiar en el laboratorio, dado el envejecimiento de su estructura, su mecánica, sus células y su entorno (que incluye factores endocrinos, sistemas de señalización, etcétera). Conocer el terreno donde se va a aplicar la intervención y su impacto en el deterioro óseo, para lo que se precisan técnicas estandarizadas y modificaciones favorables de las condiciones de dicho hueso, son elementos básicos para el éxito.
Los clínicos precisan disponer de biomateriales inteligentes e innovadores para implantes en cirugía ortopédica y maxilofacial en pacientes ancianos con pérdida de calidad ósea.
Entre las distintas estrategias que pueden abordarse para diseñar y preparar estos biomateriales están los materiales de base cerámica, con o sin polímeros acoplados, nanopartículas y piezas porosas scaffolds (andamiajes) de cerámicas y/o aleaciones de titanio. ¿Pastas de cemento inyectables?, ¿terapia génica?, ¿materiales bioactivos?.... ¿se van a poder regenerar los huesos?... Se está en el camino, pero no es ni sencillo ni corto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario