Las baldosas inteligentes que generan electricidad
Un día cualquiera en la estación londinense de Victoria. Más de 15.000 personas en una hora. Caminando a todo tren y pisando con fuerza sobre las baldosas. ¡Tiene que haber una forma de capturar esa energía y convertirla en electricidad!
Toda gran idea tiene su momento eureka, y el de Laurence Kemball-Cook ocurrió cuando estaba aún estudiando diseño industrial en la Universidad de Loughborough. Su paso por una compañía eléctrica le sirvió para familiarizarse con las limitaciones de la energía solar y eólica en la iluminación urbana, y para comprender mejor los secretos de la eficiencia. Pero la lámpara se le encendió un día de la manera más prosaica, mientras contemplaba el trasiego incesante de la estación.
Y así, con 50 libras y un ordenador portátil, comenzó en 2009 la odisea de Pavegen, a la búsqueda de la baldosa inteligente, que se hunde apenas cinco milímetros, suficiente para generar ocho vatios de energía con cada pisada gracias al uso de materiales piezoeléctricos.
Iluminar las calles a nuestro paso
A sus 26 años, con jornadas extenuantes de 22 horas y 25 descargas eléctricas hasta llegar al prototipo, Kemball-Cook se ha convertido en un referente mundial en la captura de la energía cinética. "Nuestra meta es producir electricidad allá donde se necesita", asegura el fundador de Pavegen en la sede londinense de la compañía, junto a la estación de King's Cross. "En unos años seremos capaces de iluminar las calles a nuestro paso, o lograr que un estadio de fútbol sea autosuficiente, o comprobar la salida de nuestro tren en un tablero electrónico alimentado por nuestras propias pisadas".
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